El 24 de abril de 1990 el Telescopio Espacial Hubble (HST) fue puesto en órbita en un proyecto conjunto entre la NASA y la ESA. Se denominó así en honor al astrónomo Edwin Hubble, famoso por demostrar en 1920 la expansión del universo midiendo el corrimiento hacia el rojo de las galaxias distantes.
Con una longitud de 13 metros y una abertura de 2,4 m., el Hubble orbita a la Tierra a unos 590 km sobre el nivel del mar. La ventaja de disponer un telescopio fuera de la atmósfera es que no está afectado por la turbulencia de las capas atmosféricas, la contaminación lumínica, nubes, entre otros factores.
El HST detecta imágenes en luz visible y en infarroja. Durante estos 32 años de puesta en servicio nos ha deleitado con espectaculares imágenes y estudios científicos sin precedentes de gran valor, como los destinados a la detección de agujeros negros, llegando a la conclusión de que se encuentran generalmente en el centro de las galaxias. También han sido numerosos los estudios de exoplanetas o la observación del impacto del cometa Shoemaker-Levy 9 contra Júpiter en 1994, por citar algunos. En su historia cuenta con varios records, como el de la mayor distancia observada en una galaxia, ubicada a 13.400 millones de años-luz de la Tierra.
El HST ya ha superado la vida útil que se estimaba en 15 años y está a punto de ser jubilado y sustituido por el nuevo telescopio espacial James Webb, pero todavía nos sorprende con observaciones únicas.
El miércoles 30 de marzo de 2022, astrónomos de la Universidad Johns Hopkins de Baltimore y con participación de científicos españoles del CSIC, liderados todos ellos por Brian Welch, publicaron en la revista Nature un descubrimiento sin precedentes que representa un hito en la historia de la Astronomía. La detección de la luz de la estrella más distante jamás observada, situada a 12.900 millones de años-luz. No es que estuviera a esa enorme distancia, sino que la luz ha tardado en llegar 12.900 años. "Al principio no nos lo creíamos. Estaba mucho más lejos que la anterior estrella de mayor desplazamiento hacia el rojo", según palabras del propio Welch. La estrella fue bautizada como "Earendel" que significa "Estrella de la mañana", ya que existió en los primeros mil millones de años después del nacimiento del Universo en el Big-Band cuando solo tenía el 7% de la edad actual. Podría tener 50 veces la masa del Sol y ser millones de veces más brillante.
Los objetos tan distantes observados anteriormente eran cúmulos de estrellas en galaxias primitivas, pero en este caso se trata de una única estrella. A medida que el Universo se expande, la luz de los objetos más distantes se desplaza hacia longitudes de onda más cortas. El anterior objeto más distante observado tenía un corrimiento hacia el rojo de 1.5. En este caso, presenta un índice de 6.2.
El propio universo ha desvelado la estrella, porque se ha podido detectar gracias a las lentes gravitacionales, alteraciones de la luz de objetos muy distantes provocadas por objetos supermasivos situados delante. La gravedad de estos objetos supermasivos hace que la luz del objeto emisor se "curve", como predijo Einstein en su Teoría General de la Relatividad. De esta forma, la luz de la galaxia que ubica la estrella ha sido ampliada por un cúmulo de galaxias situado delante y distorsionada en un gran arco como un efecto lupa. De esta forma, su brillo se puede magnificar más de 1000 veces. Después de analizar esa luz de la galaxia se pudo detectar la estrella, ya que de otra forma no habría podido ser vista.
Se estima que debido a su edad, no tenga todas las materias primas de las estrellas conocidas, por lo que se abre una capítulo de estudio emocionante. Uno de los estudios inmediatos podría ser detectar si Earendel es una estrella binaria ya que muchas estrellas masivas lo son, a parte de medir su brillo, temperatura y composición, que es muy interesante porque se formó antes de que el universo se llenara con los elementos pesados producidos por otras estrellas masivas. Si la materia prima que la formó es hidrógeno y helio, estaríamos ante una estrella de la Población III que se supone son las que se formaron después del Big-Bang.
Se espera realizar estas observaciones con el telescopio James Webb. Con este nuevo telescopio se espera llegar más lejos, retroceder más en la historia.
Ante este nuevo hallazgo estamos más cerca de comprender los orígenes del universo y la formación de las primeras estrellas.